Día 1: Belcastel – Salles la Source – Marcillac Vallon

Pueblos medievales del sur de Francia

Nuestra ruta por los pueblos medievales del sur de Francia, empezaba recogiendo el coche de alquiler en la estación de tren de Sants, en Barcelona. Era nuestro primer roadtrip y nos esperaban 4 días de carretera, pueblos con encanto y buena comida.

Antes de cruzar la frontera, y como cogimos la autopista, nos tocó pagar los primeros dos peajes: el de Mollet (1,61 €) y el de la Junquera (14,15 €). Una vez en tierras francesas, paramos a comer algo rápido en una estación de servicio, no queríamos entretenernos mucho ya que estábamos ansiosos por llegar al primer pueblo con encanto de Francia, Belcastel.

Pasamos otros 2 peajes, los más caros (uno de 12,20 € y el otro de 10,10 €) y después de unas cuantas horas en la monótona autopista, nos adentramos en carreteras secundarias para llegar hasta Belcastel. La entrada al pueblo es por una carretera de curvas que primero sube para volver a bajar. Con las piernas entumecidas, nos pedían a gritos salir del coche y recorrer ya el primer pueblo medieval del sur de Francia.

El coche lo dejamos en la entrada del pueblo pero en la misma carretera, más hacia las afueras, aunque no nos libramos de pagar estacionamiento. El parking en Belcastel nos costó 2 € y, por lo que vimos, dentro del pueblo también hay una zona habilitada para aparcar.

Belcastel Francia

Belcastel es un pueblo de la región de Midi-Pyrénées, del departamento de Aveyron, que pasó de estar en ruinas a ser uno de los pueblos más bonitos de Francia. Rodeado de bosque y cruzado por el río Aveyron, las casas de Belcastel se levantan a banda y banda del río, custodiadas por una fortaleza encastada en una roca, el castillo de Belcastel. 

Château de Belcastel

El castillo de Belcastel fue construido hace 1000 años sobre la gigantesca roca que lo sostiene. Al siglo IX, fue originalmente una capilla y, a partir de ahí y en los siglos posteriores, fue creciendo hasta convertirse en una fortaleza.

Alrededor del siglo XIII, Las Cruzadas se encargaron de echar a los Señores de Belcastel y el castillo fue confiscado por el rey . Después de ser ocupado y desalojado, el château de Belcastel se conviertió en un bastión militar que, después de la guerra de los 100 años, pasó en manos de un caballero que lo remodeló y transformó en una agradable vivienda. Construyó además un puente medieval y la iglesia del pueblo.

Finalmente, después de herencias y más herencias de la familia, al siglo XVI el castillo fue abandonado y dejado hasta sus mismas ruinas.

No fue hasta pleno siglo XX, al 1973, que un reconocido arquitecto, Fernand Pouillon, decidió restaurar Belcastel y devolverlo a su antiguo esplendor.

Hoy en día, parte del castillo se mantiene como residencia privada, y parte está abierta al público. Nosotros no entramos dentro, pero el château alberga exhibiciones de arte, así como armaduras y otros objetos medievales.

Para subir al castillo de Belcastel, hay que pasar el puente levadizo, y subir una empinada cuesta entre jardines y casas empedradas. Desde arriba del todo, te brinda una de las mejores vistas de Belcastel y del paso del río Aveyron por uno de los pueblos medievales más bonitos del sur de Francia.

Salles-la-Source

El siguiente pueblo medieval del sur de Francia que visitamos en nuestro roadtrip fue Salles-la-Source. El pueblo se encuentra a tan sólo 27 Km en coche, unos 30 minutos, así que como se nos empezaba a echar la tarde encima y en Francia se cena pronto, pusimos rumbo Salles-la-Source (o Salas Comtal).

Paramos en este pequeño pueblo por su hermosa cascada que cae en medio de éste. La potente cascada alimenta con sus aguas cristalinas una pequeña pero profunda piscina de fondo verde. Dependiendo de la estación en la cuál visites el pueblo, encontrarás un mayor o menor caudal de agua.

Además de la cascada, el poder de la naturaleza te enseña otras formaciones rocosas fruto de las inflitaraciones del agua y erosión provocada, que bien podrían insinuar viviendas inverosímiles o cuevas y refugios de más de un ser vivo.

En Salles-la-Source, además de visitar la cascada, puedes subir y adentrarte entre sus calles para acabar de rematar el día.

Después de estos casi 500 Km hechos en el primer día de nuestro roadtrip por Midi-Pyrénées llegamos al pueblo dónde teníamos nuestro alojamiento con Airbnb que se encuentra a apenas 10 minutos de Salles-la-Source.

Marcillac-Vallon

El pueblo de Marcillac-Vallon fue toda una sopresa. Aunque no destaca ni por tener un château de infarto ni una enorme cascada, Marcillac-Vallon respira tranquilidad.

Personalmente me transportó a esa infancia pueblerina, con atardeceres de verano y olor a campos de trigo y maíz… Marcillac-Vallon desprende esencia rural sin estar en medio de una gran montaña.

Después de conocer nuestros anfitriones de Airbnb y de tomarnos un vino con ellos, fuimos a nuestro alojamiento, que resultó ser, nada más y nada menos, que una casa entera para nosotros dos.

Cominos en uno de los pocos restaurantes del pueblo, nuestro primer contacto con la gastronomía francesa y, no pudo ser otra cosa que un canard confitado.

Para terminar el día y con la barriga llena, nos fuimos a pasear por los alrededores del pueblo; nos imaginamos la vida de los habitantes de esas casas en medio de colinas empinadas, andamos entre huertos y polvorientos caminos… el sol caía, las luces de Marcillac se encendían pausadamente y la noche occitana se abría paso.  Tocaba planear nuestro segundo día por Midi-Pyrénées.