Lo que tenía híper claro cuando viajé a Bolivia era que quería hacer un tour por la selva boliviana y, es que sí, me hacía mucha ilusión ver toda la biodiversidad del lugar y todas las plantitas que aquí no tenemos. Así que, para ello, una de las opciones que más cerca de La Paz me quedaban era dirigirme a Rurrenabaque, al parque Nacional Madidi.
Junto con el Salar de Uyuni, fue una de las experiencias más salvajes que hemos vivido nunca y, aunque las agencias estaban empeñadas en vendernos delfines rosas de la Pampa por contra de los mosquitos y árboles de la jungla, optamos por los mosquitos. Y acertamos. (Aunque me han chivado que el tour de las Pampas también está muy bien!)
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Contratar el tour por la selva en Bolivia
Lo primero es lo primero. Si quieres hacer un tour por la selva boliviana, tendrás que contratarlo a través de una agencia. No te queda otra. Puedes hacerlo online, desde La Paz o yendo directamente a Rurrenabaque y contratarlo allí dónde creo que los precios van a estar más ajustados.
✦ Si quieres contratar el tour online antes de viajar a Bolivia, mira esta Excursión de 3 días por el Parque Nacional Madidi o bien esta Excursión por la Pampa del Yacuma de 3 días.
En nuestro caso, aprovechamos nuestra parada en La Paz y, tal y como te expliqué en el desglose del presupuesto de viaje a Bolivia, contratamos con la misma agencia el tour por la selva en Rurrenabaque y el tour a Tiwanaku.
La agencia de La Paz con la que contratamos el tour fue CocaTravels (puedes googlearlos y encontrarás más info y mi opinión al final de este artículo) y, los vas a encontrar muy cerquita del famoso mercado de las brujas de La Paz. Toda esa zona está lleno de agencias puesto que es muy común también contratar la famosa bajada en bici por la carretera de la muerte en Coroico, actividad que moríamos por hacer y que nos quedó en el tintero.
Nuestra agencia trabajaba a la vez en Rurrenabaque con una de las más famosas y expertas del lugar, Fluvial tours, así que fueron ellos con el mejor guía que pudimos tener, Fernandito, un tarzán mejicano allá dónde los haya, los que nos llevaron a vivir la gran aventura por la selva amazónica boliviana.
Rurrenabaque, puerta de entrada al Parque Nacional Madidi
Rurrenabaque, o Rurre para los amigos, es un pueblo tropical situado a orillas del río Beni, lleno de casitas bajitas, mototaxis, paraditas de fruta y dónde su atractivo principal no deja de ser el punto de partido de los varios tours a la jungla o a la pampa boliviana.
De la economía del caucho, la quinina (para tratar la malaria) y de la deforestación que causó la industria maderera, han pasado a la industria del turismo y del eco-turismo (aunque lo de eco no sé si es un apodo o una realidad, puesto que no lo he probado).
Así pues, si no has contratado ningún tour en La Paz, plantarte en Rurrenabaque es una muy buena opción puesto que agencias dónde elegir uno, las hay para dar y tomar.
Cómo llegar a Rurrenabaque
Voy a situarte Rurrenabaque en el mapa, para que sepas dónde te estás yendo.
Para llegar hasta Rurre tienes dos opciones: o te subes a un bimotor desde La Paz en el que te dejarás medio riñón para 40 minutos de vuelo, o viajas unas 15/18 horas en bus nocturno (o diurno) por una de «las mejores» carreteras del mundo mundial, sí hombre, aquellas en las que temes un poquitín por tu vida. Pues aquellas.
En avioneta
Desde La Paz salen vuelos en avionetas de 18 pasajeros destino Rurre, dónde realizas un trayecto a no mucha altitud, sobrevolando montañas con unas vistas de infarto dónde pasarás de 4.000 metros del aeropuerto El Alto a casi 300 en un vuelo de unos 40 minutos, así que vete preparando para el bofetón tropical que recibirás nada más bajar del avión.
Cuando llegues al aeropuerto de Rurre, o aeródromo más bien dicho, verás una pista de tierra compactada por la que acabas de aterrizar, y una de aquellas torres que parecen tener arriba del todo un depósito de agua, pero no, es la torre de control. Al verla se te escapará una sonrisita de asombro, nada, no te preocupes, todo muy rural.
Los billetes para esta pintoresca aventura suelen costar entre 500 – 700 Bs (65- 90 €), y como siempre tienes varias opciones.
- Si tu intención es contratar el tour directamente en Rurre, los puedes comprar directamente a través de un metabuscador como Skyscanner
- Si contratas el tour en La Paz, la misma agencia te puede tramitar los billetes de avión o autobús si te decantas por la siguiente opción.
En autobús
Si quieres mirarle a la muerte directamente a la cara, esta es tu opción. Y no, no sientas que estoy exagerando. Aunque la carretera de la muerte, o el antiguo camino a Los Yungas a día de hoy está reservado al ciclismo, la nueva carretera asfaltada que cubre ese tramo y hasta prácticamente el punto más alto de la ruta, no se escapan de ser vertiginosas.
Un viaje en autobús dónde, si coges ventanilla, la adrenalina, el miedo y casi que añadiría el insomnio serán tus mejores amigos.
Créeme cuando te digo que aunque las ruedas supuestamente están dentro de la carretera, hay algún tramo dónde parte del chasis del autobús va suspendido a la nada y, si miras por la ventana….¡precipicio! No pasa nada si haces el acto reflejo de hacer contrapeso hacia el otro lado, yo también lo he hecho.
Créeme que cuando la gente local grita, es porqué algo no va bien. Exacto, el bus se tambaleó más de lo normal en alguna ocasión.
Créeme también que hay muchísimos tramos de tierra sin guarda-raíles y con una caída libre de centenares de metros.
Pero, si tu presupuesto es ajustado, si te gusta el riesgo o si quieres ver cómo es sí o sí esta carretera, tendrás que vivir las 15 horas (por lo menos, puesto que si es temporada de lluvias…..¡vete en avioneta!) de autobús por el módico precio de 80 Bs (11 € a nuestro cambio). Nosotros hicimos este trayecto en bus nocturno desde Rurre a La Paz y pensándolo en frío, preferimos la avioneta.
Tour por la selva boliviana
Nuestro tour por la selva boliviana empezó con un paseo en bote por el río Beni (un afluente del río Amazonas) hasta una de las casetas de control de entrada al parque dónde compramos el boleto de ingreso (80 Bs). Además de este ticket, y según qué zonas cruzas hasta llegar a tu campamento, deberás pasar y pagar por cada una de ellas a las que accedes. Nosotros sólo pagamos una más, la de Ixiamas (15 Bs).
Al acceder a esa zona, entramos directos a un afluente del río Beni, el río Tuichi, y empezamos a surcar esas aguas calmadas y turbias a contracorriente. Ni la brisa del bote pudieron apagar el calor sofocante que caía en la selva que, con un verde intenso, acaparaba las dos orillas del río, sin dejar entrever siquiera, lo que aguardaba en su interior.
Campamento base
Las primeras horas del tour por la selva boliviana fueron una toma de contacto con ese desafiante paisaje, y con lo que nos esperaría los siguientes 3 días.
Para llegar al campamento base, amarramos nuestro bote en un árbol y nos adentramos por un caminillo hasta las instalaciones de Fluvial tours llevando con nosotros y entre todos, nuestras mochilas, la comida y el agua para los próximos días. El equipo expeditivo del tour por la selva lo formábamos 7 personas, más el guía Fernandito y su mujer que era la cocinera del grupo.
El campamento era básico pero confortable. Constaba de unas cabañas para 4 pax de madera, con camas y una gran mosquitera, así como también una baño con ducha, wc…alimentado por un depósito que recogía el agua de la lluvia que posteriormente se filtraba. Además, había una pequeña cocina y una gran mesa dónde nos juntábamos para comer.
Primera expedición a la selva boliviana
Nuestro primer contacto con la jungla nos dejó literalmente alucinados. Adentrarse en un lugar dónde todo es desconocido, dónde la naturaleza parece infranqueable, dónde pesan sobre tu cabeza millones de invisibles miradas desafiantes, dónde el constante murmullo parece querer decirte algo y dónde, si no fuera porqué vas con un tarzán mejicano que empuña un machete, te habrías desorientado en el momento que has puesto un pie en la selva y el camino ha desaparecido tras de ti.
Conocimos un poco la biodiversidad de la zona; los usos medicinales de algunas plantas que íbamos encontrado, el alucinante árbol de Mara, que con sus grandes troncos han sufrido (y sufren) de la explotación maderera ilegal por su alto valor económico y dónde su tala acelera la deforestación del Amazonas, así como también el árbol que camina (Socratea exorrhiza) una palmera con raíces aéreas que se desplaza más de 20 metros al año. Descubrimos otras muchas especies de flora y sus usos tradicionales, además de una curiosa liana llamada escalera del mono.
En un lugar dónde la competencia por los rayos de sol es tan apabullante, la oscuridad se apodera de las zonas bajas en un abrir y cerrar de ojos, así pues, con la inminente caída del sol, la primera expedición de este tour por la selva boliviana llegó a su fin.
Segunda expedición: en busca de animales salvajes
Lo maravilloso de hacer un tour por la selva boliviana es que no sabes con qué animales te encontrarás y eso te mantiene vivo, expectante y con los ojos bien abiertos. No sabes si verás algún mono ni qué especie será, ni si verás aves de colores vivos y brillantes que son totalmente desconocidas para ti, o si serán serpientes, arañas, o insectos que parecen aviones los que te sorprenderán, y por no hablar de toda la vegetación que no has visto nunca. Créeme que ¡alucinarás con la biodiversidad de este ecosistema y qué importante es mantenerlo vivo!
Andando en silencio, agudizando tus sentidos, vigilando dónde pisas, emprendimos nuestra segunda expedición por la jungla en busca de animales.
A pesar de todas las historietas que escuchamos atentamente narrar a nuestro guía sobre sus encuentros con el jaguar, y aun estando en su territorio, no era un animal que esperábamos ver.
Nos topamos con monos que silenciosos nos observaban desde las copas de los árboles, vimos termiteros que eran auténticas mansiones, aves que no te puedo identificar así como algún que otro carpintero, y nos topamos con el palo del diablo, un árbol que lleva muchas muertes a sus espaldas, pues en él vive una comunidad de hormigas de fuego, un aliado con el que establece una relación de mutualismo dónde ésta le brinda protección contra herbívoros y contra plantas que quieren colonizar su territorio inyectándoles ácido fórmico a la vez que él les proporciona un refugio.
Una de las antiguas (y no tan lejanas) formas de brindar justicia en esta zona, era atando al criminal a un palo del diablo, agitar las hormigas con pequeños golpecitos y esperar a que hicieran su trabajo. Una macabra forma de torturar y asesinar a alguien pues, puedo asegurarte después de aferrarme un palo del diablo por error y de tener algunas hormigas enganchadas en mi mano, que su mordedura te hace arder, no sólo dónde te ha picado sino la mano entera y que el quemazón que genera perdura horas. Eso sí, según mi guía, no padeceré reuma en años. Remedios naturales de la jungla 😉
Aunque la experiencia con los animales salvajes que vimos fue fruto de la casualidad, también hay algunos con costumbres bien arraigadas así que, desde una posición estratégica, aguardamos y, después de esperar un buen rato, pudimos ver finalmente un grupo de chanchos que todos los días, y a la misma hora, pasaba cerca de una gran charca.
Pero bueno, un tour por la selva boliviana no sería una experiencia completa sin subirnos a una liana y sentirnos como Mowgli, así que la parada final de la segunda expedición fueron unas risas colgados de una de estas resistentes plantas trepadoras.
Baño en el Río Tuichi
Relax y desconexión, así fue la tarde del segundo día del tour por la selva en el Parque Nacional Madidi.
Con la terrible humedad que se genera en este bioma, vas a estar empapado durante todo el día así que qué mejor que un bañito al turbio río Tuichi para pasar la tarde.
Nos hubiese costado irnos del agua si no fuera por las picaduras de sandfly, una minúscula mosquita que nos avasalló sin darnos cuenta mientras nos refrescábamos y que maldecimos a posteriori. Suerte de tener a mano nuestro remedio (te cuento un poquito más abajo, en los «Consejos»)
Eso sí, aun con todas las mini picaduras, ese momento dónde te metes en el agua fresquita, temes por no ver en el agua agitada si se asoma alguna serpiente y una vez inspeccionado el terreno te metes de cuerpo entero…. ¡clímax! (Acuérdate de que llevabas un día y medio sudando).
¿Vivac y expedición selvática nocturna?
Y llegó el momento de votar, y por democracia ganó el no pues era un grupo bastante diverso de edades y no todo el mundo sentía la aventura de la misma forma. Después de proponernos hacer vivac en la selva en un campamento improvisado, eso sí, con nuestras mosquiteras, y de ver como la oportunidad se desvanecía, decidimos emprender sólo la expedición nocturna por la selva.
Frontal encendido, cogidos al de delante, en silencio, iluminados por una tenue luz lunar que penetraba con dificultad entre los gigantes de la selva, anduvimos en busca del ¿jaguar? Apagábamos nuestra linterna a la señal de Fernandito, que abría camino con su machete, y aguardábamos. Escuchábamos, sentíamos como nos palpitaba el corazón y como nuestro cuerpo se prepara cuando siente miedo. Como se nos dilataban las pupilas y la oscuridad dejaba de comernos poco a poco. Y emprendíamos la marcha otra vez.
Fueron momento muy excitantes, de adrenalina, de miedo, que se hicieron largos y cortos a la vez, dónde no pudimos ver al jaguar, pero ya si eso… casi que mejor.
Tercero y último día del tour por la selva boliviana
Día de recogida, de despedidas y de vuelta a Rurre. En nuestro último día del tour por la selva en el Madidi decidimos con el grupo quedarnos a descansar al campamento y nos dedicamos ha hacer manualidades, collares y pulseras, con cuerdas, algunas semillas de formas variopintas de plantas tropicales y colmillos de chancho.
💡 Consejos Tour de 3 días por la selva Bolivia
- Llevar ropa clara para avistar animales salvajes en libertad, no es buena idea, así que trata de empacar ropa oscura o que te camufle.
- Aunque vas a sudar mucho, lleva una prenda de manga larga en tus excursiones, por ejemplo una camisa que puedes ponerte encima de una manga corta, o en su defecto un pañuelo para taparte, a no ser que quieras salir de ahí dentro hecho un cuadro.
- Antimosquitos Goibi Xtreme o Relec Extra fuerte es imprescindible, aunque te hagan sudar más.
- Si ya te han acribillado los mosquitos o las dichosas sandflies, tu mejor aliado es el Tiger balm. Yo utilizo el rojo que es más potente. Si te aplicas un poco en la misma picadura, verás como te alivia. (Si andas por Tailandia, aprovecha y compra un buen arsenal que allí está muy barato).
- Lleva una botella de agua reutilizable para poder rellenarla con las garrafas del campamento y mantente hidratado en todo momento.
- Puesto que no hay electricidad, lleva todas las baterías de tu equipo electrónico cargadas desde Rurre o bien hazte con una batería externa o un cargador solar, que también nos viene muy bien para nuestras rutas de sendeismo.
- Acuérdate además de llevar un frontal, tanto por si sales de noche por la selva como para iluminar el campamento cuando no se ve.
Opiniones Coca Travels y Fluvial tours
- Sobre la agencia con quién contratamos el tour en La Paz, Coca Travels, fueron muy atentos y resolutivos. Nos cancelaron el vuelo a Rurrenabaque estando ya en el aeropuerto y, a parte de no tener ningún problema con nuestro billete que cambiaron para el día siguiente, nos pagaron la noche a un hotel céntrico y el transporte de ida y vuelta además de estar en contacto con nosotros vía whatsapp.
- Sobre Fluvial tours, sólo podemos valorar las instalaciones de nuestra campamento y el guía que nos pusieron.
- Respecto al guía Fernandito, si tienes la ocasión de ir con él (creo que tengo su contacto), fue un excelente guía, responsable con el medio ambiente haciendo una mínima intervención con el machete en todos los paseos por la selva y devolviendo los residuos generados en nuestras comidas a Rurre al finalizar el tour. Buen conocedor de la fauna y flora, de remedios ancestrales de la zona y, en definitiva, la mejor compañía con quién adentrarse en esos páramos.
- El campamento de la jungla de Fluvial tours, tal y como ya he comentado, era básico pero confortable. Pudimos elegir entre dormir todos juntos o bien en cabañas separadas. Teníamos una gran mosquitera por cada cama, así como una caseta con un lavamanos exterior, un baño occidental y un par de duchas. Además de tener una cocina y un comedor, también cubierto con mosquiteras, había otra mesa al aire libre con toldo para relajarse y charlar. No había electricidad y nos iluminábamos con algunas velas y nuestras linternas.
Planifica tu ruta con alguna de estas guías
- Bolivia, Lonely Planet.
- Bolivia, The Rough Guide. *Mi elección.
- Bolivia, Fuera de Ruta.
- Bolivia, Footprint.
- Peru and Bolivia, Marco Polo.
- Peru, Bolivia & Ecuador, Footprint.