Marzo y Abril son sinónimos de primavera y semana santa. Y qué hay mejor que, después de recuperarte de la temida cuesta de enero, puedas gastar otra vez dinerillo en viajes y escapadas. Bien pues en este artículo te propongo 3 escapadas de semana santa para explorar Europa y cargar pilas. ¿Preparado?
1. La bella Italia
Un destino diría casi perfecto para explorar el país en primavera. Tendrías infinitas posibilidades e itinerarios para hacer tu ruta pero en este post, te voy a proponer una ruta de 4, 5 días para explorar 3 famosos lugares italianos.
Milán – Bérgamo – Lago di Como
Milán es una de esas ciudades industrializadas y oscuras, pero con gran atractivo turístico. Seguro que de Milán no has oído cosas buenas. Pues yo te cuento algunas.
Empieza tu escapada de semana santa en Milán visitando la majestuosa catedral de mármol blanco, il Duomo. Preciosa dónde las haya, sube las enroscadas escaleras hasta su terraza y fíjate en todos los detalles de la fachada y en las vistas que te ofrece de la ciudad.
Pero Milán no es sólo el Duomo. Si no quieres perderte «Il cenacolo» de Leonardo da Vinci, conviene que reserves con muuuuuuucha antelación y, si esta escapada de semana santa ha sido fruto de un arrebato, y no la puedes ver, ya tienes excusa para volver a Milán.
Puedes ir adelantando y reservar en el enlace la visita guiada en castellano a La última cena de Da Vinci.
Además de los 2 grandes atractivos turísticos de la ciudad, una visita al castillo Sforzesco es ineludible; te sorprenderá lo bien cuidado que está y lo grande que es. Deambula por las calles de la parte vieja de Milán, y disfruta de un atardecer paseando por el barrio de los canales, Navigli, tómate un «capucco» a orillas del canal y disfruta de una buena cena italiana.
Pero es que establecer Milán como cuartel general está muy bien. Una de las tantas cosas buenas que tiene Italia, es su red de ferrocarril, por la que por un buen precio y poco tiempo puedes llegar a múltiples destinos.
Uno de los destinos más próximos y más famosos es el lago di Como, a tan solo 1 horita de viaje en cómodo tren. El lago di Como, en el norte del país, es uno de esos lugares en el mundo en el qué te jubilarías y vivirías tranquilamente tus últimos días. Rodeado de pueblos pequeñitos, coloridos, empedrados, con mini orillas y mini puertos, y con las montañas escudándolos, son para morir de amor.
Visita las atracciones principales de Como y, después, toma un barco y acércate a los pueblos a orillas del lago más famosos, como Bellaggio, Menaggio o Varenna. Callejea, busca rutas por los alrededores y disfruta de la pureza del ambiente, antes de volver con tren a Milán otra vez o, si te apetece, pasa allí la noche y explora más pueblecitos al día siguiente.
A otra horita en tren desde Milán, se encuentra otra ciudad con muchísimo encanto, Bérgamo. Con Bérgamo puede que tengas un flechazo. Sube hasta la «città alta», a pie o en funicular y, después de visitar su corazón, con la plaza Vecchia y la plaza del Duomo, emprende nuevamente la marcha hasta el castillo.
Si estás cansado, coge el funicular, si tienes energía, sube andando y pasea por sus murallas, rodeadas de verdes prados y montañas lejanas. Te encontrarás con naturaleza en estado puro que te va a invitar a realizar algún itinerario alrededor de la ciudad alta.
Pero no te puedes ir de Bérgamo sin pasear al menos por la «città bassa» y, no tienes excusa, porque te viene de camino al tren. Pasea por el eje comercial y fíjate con las casitas bajas, juntas y de distintos colores que conforman el centro.
En Bérgamo no puedes tener otra cosa que un fantástico día, y acabar tu escapada de semana santa con más ganas de la bella Italia.
Pero como te he dicho al principio del artículo, en Italia las combinaciones que puedes hacer son infinitas, así que mi consejo es: busca un vuelo barato a Milán, tómala como centro de mandos, y desplázate en tren hasta las ciudades más cercanas que quieras visitar. ¿Otras muy buenas dos opciones? Verona y Venecia.
En mi viaje utilicé la guía en inglés de la Lonely Planet: The Italian lakes, que te cubre el itinerario descrito. Te dejo el enlace a Amazon (te ahorras unos eurillos) de la guía y también otra opción.
2. Las 3 grandes
¿Tres ciudades históricas que puedes hacer en el mismo viaje? Dónde hay que firmar.
Viena – Bratislava – Budapest
Es una de las combinaciones más típicas de viajes por Europa que puedes hacer y, si todavía no la has hecho, te recomiendo que mires ya mismo vuelos a Viena, Bratislava o Budapest y la pongas en tu agenda.
La segunda escapada de semana santa que te propongo empieza en Viena, de la cuál me faltan adjetivos calificativos para describirla. La ciudad imperial y de la música no podrá maravillarte más.
Viena te seducirá. La música clásica callejera acompasará tus pasos hacia las entrañas de la urbe, para que explores su arquitectura, sus jardines, sus calles y sus palacios.
Y es que de palacios Viena sabe mucho. El palacio de Schönbrunn y el palacio de Belvedere, con sus grandiosos y cuidados jardines te transportarán a otra época. El palacio Hofburg, el que fue residencia de la realeza austríaca y el más grande de Viena, con la biblioteca nacional, te fascinará por sus dimensiones y detalles.
Pero no son todo palacios. En tu escapada de semana santa a Viena no te puedes perder otro de los edificios más emblemáticos de la ciudad: la ópera de Viena y, muy cercquita, el edificio del ayuntamiento y su animada plaza.
Pero en Viena no acaba la escapada de semana santa, nos quedan 2 más. Próxima parada Bratislava.
¿Te parece que el adjetivo «grande» a Bratislava le queda grande? Puede que sí, pero espera a leer lo que tengo que decir de Bratislava.
Bratislava es una ciudad visitable perfectamente en un sólo día. Si vienes de Viena, llegarás a Bratislava y, después de tanto palacio, te sabrá a poco, o a casi nada y, es perfectamente normal. Peeeeero, es una de las grandes, y es que hay mucha historia bajo sus piedras (a un lado del Danubio), y bajo el cemento comunista (al otro lado del puente).
La capital eslovaca, de apenas 450.000 habitantes, es una ciudad pequeña que invita a pasear, a tomar aliento y parar marchas en esta escapada de semana santa. Bien podría ser tu momento «relax» del viaje. Así que, aunque te la hayan pintado mal, tú disfrútala.
Empieza tu visita a la ciudad, subiendo hasta el reconstruido castillo de Bratislava, en el que puedes ir directamente y luego perderte serpenteando entre sus murallas. Desde lo más alto, es un excelente mirador de la ciudad, con el centro histórico bajo tus pies, y el Danubio con el puente nuevo y su ovni a la otra orilla, que te muestran la parte más físicamente comunista de la ciudad.
Hecho el castillo, visita el centro histórico: pasea sus calles estrechas, pasa por debajo de la puerta de San Miguel o bien encuentra de repente el ayuntamiento y su colorido tejado. Tópate con sus divertidas esculturas callejeras, como la de «Man at work», y visita también su catedral. Explora sus plazas, calles y ramblas adyacentes, te gustará alejarte del bullicioso centro. Tómate una cerveza y prueba la gastronomía eslovaca.
Y, si todavía tienes ganas, puedes andar un poco y visitar la ¡Iglesia azul! Una maravilla de estilo Art Noveau que, al quedar fuera de la zona turística, muy poquitos llegan a ella.
Y después de tu relajado día en Bratislava, pon rumbo a tu última parada de tu escapada de semana santa: Budapest.
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Budapest es otra de las grandes. La que fue segunda ciudad más importante del imperio austrohúngaro (después de Viena), separada de Austria después de la Primera Guerra Mundial, bombardeada y destrozada por los aliados en la Segunda Guerra Mundial y caer después en manos comunistas para resurgir como estado independiente hace apenas 30 años, historia no le falta.
Pero es que además de hitos históricos tiene mucho qué ofrecer. Tu recorrido bien puede empezar con un paseo por el centro de la ciudad, conocer sus calles más famosas, andar por el barrio judío y visitar su Sinagoga, una de las más grandes del mundo.
Al atardecer, subir al castillo de Buda pasando por el puente de las cadenas, caminar hasta el cercano Bastión de los pescadores y ver toda la ciudad iluminada, dividida por el Danubio y alumbrada por el Parlamento, puede ser una de las mejores imágenes de tu escapada de semana santa.
Si quieres terminar tu escapada a Budapest por todo lo alto, puedes disfrutar de una cena con música a bordo de un barco, surcando el Danubio, y acabar de relajarte en uno de los múltiples baños termales de la ciudad.
Puedes reservar el crucero, o la entrada a los baños ¡sin colas! u otras actividades a Budapest aquí o bien realizar un free tour por Budapest y amortizar esta escapada de semana santa.
3. De Chequia a Polonia
Si es que en las 3 grandes, otra muy buena opción sería incluir Praga, pero por cercanía la he puesto en otro sorprendente itinerario.
Si te decides hacer la escapada de semana santa en la República Checa, bien podrías pasarte los 4, 5 días que tengas descubriendo ese pequeño gran país, pero el itinerario que te propongo es para visitar, además, su país vecino.
Praga – Cracovia
Praga es una ciudad que parece salida de un cuento. Calles llenas de vida, de ajetreo y de mucho turismo pero sin perder esa esencia checa. En Praga se come bien, la cerveza es barata y los dulces aromatizan las calles. Encontrarás historia en su barrio judío, del que no te puedes perder sus sinagogas ni el cementerio.
Sube al imponente castillo cruzando uno de los puentes más famosos de Europa, el «Karluv most» o puente de Carlos y pasea por la plaza de la ciudad vieja sin perderte el espectáculo del reloj astronómico.
Pasear a orillas del río o visitar su antigua fortaleza, Vysehrad, son dos muy buenas alternativas, así como visitar sus parques y jardines para disfrutar del solecito primaveral.
Una buena opción para aprovechar la noche, es ir a una función de teatro negro, aunque no vayas a la más conocida, vale la pena ver estas originales obras, nacidas en Praga.
Reserva aquí tus entradas al teatro negro y otras actividades en Praga.
Depende de los días de qué dispongas en esta escapada de semana santa, puedes combinar tu visita de Praga y Cracovia, con una escapada a una de las localidades más famosas de Chequia por la que los manantiales de agua caliente manan a tutiplen, Karlovy Vary. Si eres más de pueblos pintorescos y castillos, prueba con Cesky Krumlov, y puede que vuelvas enamorado de esta pequeña república.
Si con Praga te ha parecido que vivías un sueño, en Cracovia puede que te quieras quedar a a vivir. De la bulliciosa Praga, llegar a Cracovia es como un valium para tus músculos.
Pasear por el centro histórico de Cracovia, un lugar vivo, alternativo, con movimiento pero sin ser abrumador es una de las mejores cosas que puedes hacer allí. Llegar de repente a la plaza medieval más grande de toda Europa, la plaza del mercado, admirar la basílica de Santa María y sus dos torres y sentarte a comer unos pierogis en cualquier bar del centro, es casi obligado.
Pero es que las escapadas de semana santa que te propongo son todo ciudades con mucha historia, ¿no? Pues la de Cracovia no acaba aquí. Visita su barrio judío, lleno de energía reivindicativa, y acércate también al castillo de Wawel.
Además que, ir a Cracovia sin visitar el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau sería, bajo mi punto de vista, inimaginable. Puede que sea una visita dura, pero te recuerda lo que el hombre nunca más tiene que volver a hacer. Y, si dispones de otro día, visita las minas de sal de Wielicka, que con sus galerías laberínticas a 300 metros de profundidad y la historia que te cuentan de las famosas minas, te harán entender la vida polaca y así podrás conocer un trocito de este gran país.
Puedes reservas cualquiera de estas dos actividades aquí o echarle un vistazo a algún free tour por Cracovia.