Conímbriga, ruinas romanas en Portugal

Si te nombro Pompeya o Herculano seguro que sabes de lo que te voy a hablar pero, ¿y si te digo Conímbriga? Si te gustan las ruinas romanas y tu itinerario de viaje a Portugal pasa por el centro, no te puedes perder uno de los mejores yacimientos arqueológicos del país. Y tal como me pasó con mi visita a Brescia, éste no defrauda. Toda la info para visitarlo, la tienes si sigues leyendo.

Cómo llegar a Conímbriga

Las ruinas romanas de Conímbriga se encuentran a tan solo 20 minutos de al ciudad portuguesa de Coímbra, en la freguesía de Condeixa-a-velha. Visitarlas como excursión de medio día desde la ciudad es un plan perfecto que puedes hacer tanto por libre como contratando un tour y aprovechar así para visitar otros lugares del centro de Portugal.

Si quieres visitar Conímbriga por libre desde Coímbra es posible aunque tienes que saber que sólo hay una combinación plausible hasta la fecha (2020). Para llegar a las ruinas romanas la compañía Transev cubre el trayecto y puedes coger el autobús en la misma estación central de Coímbra. Aquí puedes consultar los horarios de ida y vuelta a las ruinas. El trayecto dura 45 minutos y cuesta 2,60€ por persona (5,20€ ida y vuelta).

Otra muy buena opción si no quieres regirte por un horario tan marcado y además quieres que te lo expliquen, pasa por contratar un tour.

✦ Esta excursión a las ruinas romanas de Conímbriga incluye además una visita a las Buracas do Casmilo. ¡Reserva tu plaza aquí!

Un poco de su historia

De origen celta, Conímbriga fue romanizada al 139 a.C aunque no llegó a su máximo esplendor hasta el s.II d.C. Levantada en la vía que unía el sur Olissipo (Lisboa) con Bracara Augusta (la actual Braga) al norte, Conímbriga creció como ciudad y se construyeron entonces el foro – centro político y religioso – y las termas públicas. Antes de la caída del imperio romano y debido a los constantes ataques que sufría la ciudad, se construyó una muralla defensiva hasta que, finalmente y con el declive del imperio, la población se trasladó a la cercana Condeixa-a-velha.

Así pues, los romanos dejaron un legado de 2.000 años pero que no se excavó hasta pleno siglo XX. Eso sí, una vez afloraron todas las ruinas romanas, Conímbriga se convirtió en Monumento Nacional y uno de los mejores hallazgos arqueológicos que puedes ver en el centro de Portugal.

Qué ver en la antigua ciudad romana de Conímbriga

Las ruinas romanas de Conímbriga constan del propio yacimiento más el Museo Monográfico que narra la historia de la ciudad, desde la Edad de Hierro, hasta la Edad Media – con especial atención a la época romana – y dónde encontrarás distintos objetos expuestos que van desde mosaicos, a piezas de artesanía, utensilios u objetos de culto.

Nada más entrar y andando por una de las vías principales de la ciudad, se pueden observar todavía los restos de antiguas tiendas destinadas al comercio y a la venta de artesanías. Aunque fueron demolidas cuando se construyó la muralla, se aprecia el criptopórtico que conectaba con el sótano.

Durante tu visita podrás ver los restos de edificaciones típicas romanas, como las insulae y las domus, así como las tres termas principales de la ciudad.

Algunas de las domus que mejor se conservan son la casa dos esqueletos – nombrada así por los restos óseos que se encontraron – o la casa da cruz suástica, decorada con geométricos y bellos mosaicos adornados con la cruz gamada, símbolo que para los romanos significaba buena suerte.

Otra de las casas más imponentes y magníficas que podrás ver en las ruinas es la Casa de Cantaber. Siendo la casa más grande de la ciudad y perteneciente a algún aristócrata, con sus aproximadamente 3.200 m2, tenía 5 áreas – con sus correspondientes peristilos – y unas 40 habitaciones. Además, poseía unas termas privadas que se conservan bastante bien dónde todavía se aprecia el sistema para calentar el agua.

Una de las cosas que más me sorprendieron de Conímbriga es que, hasta el momento, nunca había visto una ciudad con tantas termas. La antigua ciudad romana tenía tres conjuntos termales públicos – las Grandes Termas del Sur, las de la muralla y las del acueducto, además de las de la casa de Cantaber.

Las Grandes Termas del Sur son un buen ejemplo de la relevancia arquitectónica de la ciudad. Una gran área de baño junto con una zona dónde practicar deporte, la palestra. Éstas termas tienen las tres clásicas salas distribuidas según temperatura de todos los baños romanos: frigidarium, tepidarium y caldarium. Pero no sólo eso sino que además, de la sala intermedia se accedía a dos espacios más; uno dedicado a los masajes con aceites – olaeothesium – y otro similar a lo que sería una sauna – laconicum -.

Por otro lado, a parte de las domus y termas, otro de los elementos que encontrarás en la ciudad son los restos del foro y el templo, aunque éstos – en comparación con todo lo que ya hemos visto – pasan un poco desapercibidos pues no se conserva casi nada del original.

Uno de los elementos que todavía está por excavar al 100% es el anfiteatro. Ubicado en un valle por detrás del foro, tenía una capacidad para 4.000 – 5.000 espectadores y se conservan algunas de las galerías de acceso las cuáles creen que llegaban hasta la arena.

Por otro lado, otro de los elementos que sí se pueden ver dentro del yacimiento son los restos del acueducto que propiciaba agua a la ciudad desde Alcabideque y, que tenía una longitud de 3 Km.

Para terminar, una de las domus que más sorprenden es la casa dos Repuxos. Con un jardín central dónde su arquitectura aún deja ver el curso del agua por el mismo, está rodeado de más de 500 m2 de mosaicos con diferentes dibujos que representan escenas mitológicos y cotidianas.

 Planifica tu ruta con alguna de estas guías. 

• Guía de Portugal, Lonely Planet.
• Portugal, Rough Guide.
• Portugal, Trotamundos – Routard.